martes, 23 de abril de 2013

La decimotercera sinfonía de Ferguson

La consecución anoche del vigésimo título liguero del Manchester United (7 First Division y 13 Premier League, todas bajo la batuta de Sir Alex Ferguson) vino precedida de una demostración de buen fútbol, con un juego directo buscando cerrar pronto el partido y dar carpetazo a la liga. Su última víctima fue un Aston Villa muy permisivo atrás, al que Van Persie difuminó en el Teatro de los Sueños en la primera mitad con un soberbio hat-trick.


Y es que gran parte del éxito de esta Premier League recae sobre la figura del holandés. Sin menospreciar a un enorme De Gea, una defensa que ha rendido a altísimo nivel o al doble pivote Carrick-Cleverley que, con la ayuda del incombustible Ryan Giggs, tantos partidos ha dominado, la llegada del holandés a Old Trafford ha repercutido en el éxito de los pupilos de Fergie. Y no solo a nivel de cifras goleadoras, su importancia va mucho más allá de eso.

En primer lugar, y puede que más aparentemente en la sombra, la decisión del holandés hizo mella en el otro equipo de la ciudad y campeón la temporada pasada: el Manchester City. Bien es sabido que los citiziens tenían al holandés como petición prioritaria de Roberto Mancini, pero Robin no se dejó engatusar por los "petrodólares" y acabó siendo un red devil.

El otro punto a destacar es una variante táctica muy interesante que afecta a otro de los puntales de este equipo: Wayne Rooney. Con Van Persie en la plantilla, se liberaba a jugadores con mucha movilidad como Rooney o Welbeck, pasando de  la punta de ataque a jugar detrás del delantero o cayendo a banda izquierda, respectivamente. 

Y es que en el último partido disputado frente al Aston Villa, Ferguson nos deleitó con la enésima capacidad de Wayne Rooney: ocupó el centro del campo junto a Carrick, llevando la manija del partido. Si bien con la selección inglesa se intuía la capacidad de Rooney de bajar al centro del campo a recibir e hilvanar la jugada con el hombre más adelantado, ayer pudimos presenciar esto mismo llevado a su máxima expresión.

Rooney enviando la pelota a Valencia en el 1-0.

Con la movilidad ofrecida por otro de los grandes fichajes de este curso como es el del japonés Shinji Kagawa, Rooney puede dedicarse a distribuir balones en el medio, ya sea en corto o buscando al compañero en largo, avalado por su extraordinaria visión y preciso golpeo del balón. Fruto de estos envíos en largo nacieron los dos primeros goles del United, pases precisos y medidos de un jugador que, liberado de tener que ser el referente ofensivo del equipo, nos descubre que su abanico de posibilidades puede ampliarse todavía hasta límites insospechados.

Rooney asiste a Van Persie en el 2-0.
Tal vez sin ser el equipo más fuerte (los refuerzos del Chelsea y la nómina de figuras del City podían hacer dudar del United), Ferguson ha conseguido alzarse con otro éxito que sumar a su palmarés. Con una apuesta por el juego directo, demostrada a lo largo de toda la temporada, el fútbol inglés vuelve a postrarse ante el equipo de Sir Alex, que nos ha premiado con un año más de sus sorprendentes y discutidas variaciones tácticas. Y es que al final, de una manera u otra, siempre funcionan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario