martes, 23 de abril de 2013

El panzer muniqués

Sammer, actual director deportivo del Bayern.
"Caemos mal porque otros quieren ser simpáticos, nosotros simplemente ganar". Con esta frase resume toda una institución del fútbol alemán como es Matthias Sammer la filosofía del Bayern de Múnich, la apisonadora alemana disfrazada de equipo que es el club de Baviera. Y no solo arrasa con todo lo que se pone en su camino en el campo, sino que también lo hace en los despachos.


Tras una semana movidita en las oficinas del Allianz Arena por el escándalo financiero que salpica a Uli Hoeness, presidente del club, el diario Bild (de información tan creíble como afín al Bayern) publicaba el bombazo de la Bundesliga: la entidad tetracampeona de Europa había pagado la cláusula de Mario Götze, jugador del Borussia Dortmund y que permanecerá en tal entidad hasta el 1 de julio de este año, momento en el que pasará a formar parte de la disciplina del equipo de Pep Guardiola. 37 millones de euros para ver a una de las perlas del fútbol alemán enfundarse la camiseta roja y para dar un golpe encima de la mesa en una semana crucial por la Champions League. Como un gallo sacando pecho en su corral.



Siguiendo los pasos de Sammer.

Quedará por ver el apoyo de la grada a Götze en este tramo final de la temporada, pero ya es retratado como traidor por ciertos sectores de la hinchada del BvB. Mismo odio que profesan al autor de la frase con la que abría esta reflexión: Matthias Sammer. Emblema del Borussia campeón de Europa en 1997, arrebató el año anterior el Balón de Oro a una estrella emergente como era Ronaldo Nazario, todavía en el PSV. Retirado de los terrenos de juego en 1998, dirigió desde el banquillo cuatro años (2000-2004) al club de Dortmund. Pese a todo esto, parece ser que a Sammer se le olvidó su pasado y  tomó rumbo hacia la entidad de Baviera, tentado por su organización y capacidad financiera.

No es la primera vez.

Esta estrategia del Bayern de contratar a un emblema del campeonato local ya ha vivido capítulos con anterioridad: cuando la amenaza era el Werder Bremen, se desembolsó el capital muniqués por dos de sus pilares como eran Miroslav Klose y Tim Borowski. Más reciente fue el fichaje del portero Manuel Neuer cuando el Schalke 04 de Raúl acechaba el dominio del fútbol alemán. 

El imperialismo económico de Múnich en Alemania y en el fútbol europeo (hágase referencia a casos como los de Luca Toni, Ribéry, Robben o Javi Martínez) no conoce fronteras.

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