martes, 17 de diciembre de 2013

El Atlético de Madrid y el Milán entrecruzan su destino

La presencia de Gianni Infantino siempre es bien. El suizo volvía a proporcionarnos dosis de tensión e ilusión a partes iguales, alimentaba a los soñadores y castigaba a los taquicárdicos. Yo me encontraba en ambas posiciones -mi Atleti estaba en el bombo de los primeros de grupo- y quería evitar los cocos -City y Arsenal- pero me atraía especialmente el segundo club más laureado en la máxima competición europea: el A.C. Milan.

El Atleti está realizando una temporada espectacular y visitar San Siro es un premio. Uno de los estadios con más historia en el Viejo continente es plaza obligada para los más grandes. Y el Cholo está encabronado de sobremanera con situar a su grupo como una de las entidades punteras en el panorama futbolístico.

Los males rossoneri.

El Milan es un grande en horas bajas. Una mala gestión acompañada del olvido de la entidad lombarda por parte de Silvio Berlusconi, que al fin y al cabo es el que se rasca el bolsillo. "No hay dinero para fichar" es la máxima más escuchada en las oficinas de San Siro, mientras Galliani -bendito genio- confecciona un equipo más o menos competitivo año a año. Y Bárbara Berlusconi -hija de Silvio- queriendo desplazarlo de sus ocupaciones. Lucha de intereses que no ayuda.

Algunas decisiones de Massimiliano Allegri son más que discutibles -como su afición en reconvertir a Poli al lateral-, pero en su haber encontramos un Scudetto y una Supercoppa. Max es un técnico de nivel, con una plantilla descompensada y un largo elenco de haters. Su máxima es el orden y el rigor defensivo: si hay que cerrarse como local, se hace. Y a partir de ahí, lo que surja.

XI del Milan en la temporada 2010/11, cuando ganó sus dos últimos títulos. Allegri prefería a Van Bommel por delante de Pirlo.

El Milan a día de hoy: sombras atrás, luces arriba.

El mencionado rigor táctico de Allegri consigue semi-enmascarar las carencias defensivas de un equipo sin un central de garantías. Thiago Silva puso rumbo a París hace dos temporadas y nadie ha sabido como suplir su ausencia. Mexès era hasta hace unas jornadas el único cerrojo que aportaba más seguridad, pero constantes errores le han relegado a la suplencia. Zapata no es la versión paupérrima de Villareal pero tampoco llega al nivel mostrado en Udinese. Bonera parece sacado de un museo de historia antigua y, para rematar la jugada, el Inter sacó la basura en el mercado estival y les coló a Silvestre.

En los flancos, Abate y De Sciglio ofrecen un buen nivel, compensando ataque y defensa. Ese equilibrio es el que echa en falta Constant, jugador que apoya bien en funciones ofensivas pero que pierde la espalda con facilidad. Emanuelson (opción empleada por Allegri en banda izquierda en los últimos choques) no mejora el panorama.

La esperanza rossonera reside en la incorporación de Adil Rami. La salida del central bleu del Valencia es celebrada en Milano como un refuerzo obligado. Con poco se consolidará como el central de mayor nivel del equipo.
Posible zaga del Milan a partir de enero. Abbiati (ahora lesionado) es el portero de más garantías.
La medular solo aporta destellos de vez en cuando. Nigel de Jong se antoja como pieza imprescindible a la hora de cortar el juego rival e iniciar la transición. Montolivo -ausente en el partido de ida por sanción- es el encargado de la distribución de balón. El tercer integrante puede ser Andrea Poli -mismo perfil que Montolivo- o un centrocampista de mayor recorrido y sacrificio -Muntari o Nocerino-. Al igual que Rami, Keisuke Honda llegará a la capital lombarda en el mercado invernal, pero el hecho de haber disputado Champions con el CSKA le impedirá lucir lo que resta de temporada la maglia rossonera en el escaparate europeo.

De Jong es imprescindible como regista. La ausencia de Monto dará entrada a Poli en el XI de la ida.
En la parcela ofensiva es donde el Milan puede discutir y ganar un partido. A Kakà la camiseta milanista le sienta bien. Ricky pasa de ser un futbolista sin ritmo a cabalgar por la banda izquierda, asociándose constantemente con Balotelli, futbolista más determinante en los metros finales. El Shaarawy queda relegado al flanco diestro, donde alterna con Birsa o Robinho. La opción más ofensiva de los diavoli es la entrada de Matri o Pazzini como '9', cayendo Balotelli a la derecha.

La llegada de Kaká ha revolucionado el juego ofensivo.

El affaire Muntari.

El Milan estaba en el punto de mira colchonero a raíz de unas supuestas declaraciones de Sulley Alli Muntari, según las cuales "prefería al Atleti en 1/8 por tratarse del rival más débil". Ha salido recientemente una información aclarando el malentendido, resumida en el time line de @andydepauli.


Hasta el 19 de febrero,día en el que se disputará la ida en San Siro, muchas cosas pueden cambiar. A día de hoy el Atlético de Madrid parte como favorito ante un rival que, si bien se crece con las noches europeas en casa -véase duelos v Barça-, no afronta los partidos con el derroche físico, el esfuerzo y la garra que Simeone ha instalado como automatismos en el conjunto colchonero. Soñemos con llegar lejos.

Juan Carlos Mateos del Amo (@juancarlosm_11)





1 comentario:

  1. El otro día ponía mi opinión por twitter de esta eliminatoria, y puse que para mí era muy favorito el atlético, y hubo un seguidor mío y amigo, que me contestó: "aunque el Milán esté en horas bajas, es el Milán, más en Europa. No sólo son nombres o estados de forma, es la tradición y experiencia de un histórico."

    Y creo que en parte tiene razón, damos el Milán el papel de no favorito porque el Atleti tiene mucho mejor nivel ahora mismo que el Milán, pero todos sabemos como son los equipos italianos, capaces de ganar una eliminatoria tirando una vez a portería en los dos partidos. También tengo que decir, que a mis 22 años, es el peor Milán que recuerdan mis ojos.

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