viernes, 18 de mayo de 2012

Múnich 2012

Arranco con este blog y que mejor tema con el que comenzar que con la final de la 57 edición de la Uefa Champions League que se disputa mañana en Múnich a las 20:45.

Ambos finalistas son una sorpresa, puesto que se apostaba por la final española, si bien la eliminación del Barça fue más inesperada si cabe que la del Madrid contra el Bayer München.

Analizando la trayectoria de ambos equipos, desde comienzo de temporada se podría haber apostado por el Bayern como finalista o por lo menos como equipo que llegaría lejos en el torneo. Ubicado en el "grupo de la muerte" junto a City, Nápoles y Villareal (si más bien este no fue todo lo rival que se esperaba) lo solventó prácticamente sin apuros gracias a un centro del campo en plena forma, como era el formado por Toni Kroos y Bastian Schweinsteiger y el acierto goleador de Mario Gomez. La Bundesliga también marchaba sobre ruedas, hasta que Schweinsteiger se lesionó. El recambio natural de este es Luis Guztavo, un futbolista correcto, pero no con toda la presencia que te aporta Bastian. Pese a este centro del campo capaz de llevar las manijas de este equipo (y de la selección alemana junto a Khedira u Özil) el verdadero peligro del Bayern son sus extremos: Frank Ribery y Arjen Robben. Jugando a pierna cambiada, buscando el interior siempre, en especial Robben con su temible diagonal, han convertido al Bayern en el mejor equipo en ataque por banda (para mi, algo superior al Madrid) ya que la aportación de Alaba por la izquierda y Lahm por la derecha en labores ofensivas les permite un amplio despliegue por la banda. Dentro, en el área, se ubica Mario Gomez, oportuno y eficaz, un auténtico killer del área, de ahí que lleve 37 goles en 41 encuentros esta temporada, 12 de ellos en la UCL. La línea más débil del Bayern es la defensa, con unos centrales de nivel normal y un portero un tanto irregular como Neuer. Para mi, parten con ventaja mañana en la final, por juego, despliegue, la espinita de la final de hace 2 años contra el Inter de Mourinho y la motivación de proclamarse campeones en su propio estadio, el Allianz Arena.

Si bien el Chelsea apostó por un entrenador joven que venía de triunfar en la Liga Sagres y en la UEL con el Oporto, la temporada fue a peor progresivamente. Un comienzo sin juego brillante, pero con resultados tanto en la Premier como en Europa, el Chelsea de Vilas-Boas se mantenía en la lucha por algún título al comenzar la temporada. Pero la dependencia de que el juego fluya por un solo jugador (Mata) acompañado de un irregular Ramires y un espontáneo Lampard (tampoco se le puede exigir mucho más, siempre lo da todo) el jugador que ocupa la punta de ataque muchas veces se encuentra aislado del juego del equipo.(Drogba no puede estar bajando a recibir constantemente y después volver a subir a atacar). La mala temporada de Torres (al final con Di Matteo ha mejorado notablemente) y los pocos recursos para distribuir juego en el medio (todos de corte defensivo, buscando tener en Oriol Romeu cuando jugaba una especie de Busquets) han hecho que el Chelsea haya terminado sexto en la tabla. En la UCL estaba al borde de la eliminación contra el Nápoles. A la semana del cambio de entrenador, en Chelsea de Di Matteo consiguió eliminar al Nápoles con una épica remontada en Stamford Bridge, devolviendo la ilusión a la grada. Solventó los cuartos contra el Benfica (eso sí, los portugueses les barrieron en juego, todo haya que decirlo) y la épica de la semifinal contra el Barça. Cualquier estilo es válido, cierto, y el que empleó Di Matteo tiene mérito de haber salido tan bien. Máxima efectividad arriba y la demostración de un enorme orden defensivo hacen que el Chelsea pueda tener sus opciones a la contra.

Ambos equipos presentan bajas notables: el Chelsea pierde a Terry, Ivanovic y Ramires por sanción, al igual que el Bayern a Alaba, Luis Guztavo y Badstuber.

Mañana a las 20:45 en el Allianz se decidirá el destino de ambos equipos: o triunfar en tu feudo o recoger la siembra del sueño europeo que arraigó en el club desde que Abramovich lo comprase en 2003. Que mañana suene el glorioso himno de la Champions y se decida en el campo.

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